Los nicaragüenses estamos habituados a llorar y sufrir

En su homilía como todos los domingos este 01 de noviembre monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa citó y habló de las bienaventuranzas y de la humildad y la grandeza que debemos tener todos en nuestros corazones. Haciendo como referencia el sufrimiento que el pueblo nicaragüenses ha sufrido a través de los últimos años.

Monseñor Álvarez, como el valor de persona del humilde no depende de un puesto ni de los aplausos de los demás si no y mucho menos de un gran banquete, el humilde es aquel que lleva una vida normal y ordinaria no necesita exaltarse si no hacer todas las cosas de manera natural.

La humildad es un estilo de vida el humilde llora, es bueno llorar y sufrir por el hermano, por el que tienen una necesidad ese también es un signo de humildad.

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“Los Nicaragüenses estamos habituados a llorar a sufrir, que Nicaragüense no lloro en el 2018, o que Nicaragüenses no ha llorado en el 2020”cito Álvarez. Por todas las muertes causadas por el virus y por todas esas muertes anónimas, por esos hermanos que no tenían ni tienen los alimentos y que tenían que luchar entre el hambre y los medicamentos.

El pueblo de Nicaragua es un Pueblo que se ha experimentado en el llanto, por tanto sufrimiento pero la fe es la que cambia nuestra forma de pensar de vivir y de sentir.

“Dichoso el que tienen hambre y sed de justicia” esto se fundamenta en el respeto a la dignidad del pueblo un gobierno debe respetar la dignidad de cada ciudadano hay que respetar y tener justicia con todos los trabajadores de la índole que sea.

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Debemos vivir en la misericordia y tener un sol corazón con la pobreza y el sufrimiento del otro abajarno al nivel del hermano y no verlo por debajo ni sentirnos más que el otro.

Dichosos aquellos que trabajan por la paz, todo aquel que anda en guerra interior no podrá ser agente de paz .

Cuanta humildad nos falta a los Nicaragüenses, pienso en la situación sociopolítica por la que atraviesa el país  y me pregunto cuando veo esas disputas y esos protagonismos de sed, ofensas se podrá hablar de Humildad? Los líderes deben ser misericordiosos entre ellos para poderlo ser con el pueblo, se necesita una pureza del corazón para poder escuchar cuando se habla de construir y no de destruir. Fueron las palabras para finalizar de Monseñor Álvarez.

Redacción: Carlos  Andrès Montenegro Martínez

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