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El obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez Lagos en su homilía de este domingo expresó, que el ataque en la Catedral de Managua, es un acto de crueldad contra la historia de la patria, su cultura y su identidad misma considera el obispo de Matagalpa
Este 31 de julio un hombre de identidad desconocida lanzó una bomba molotov adentro de la capilla de la Catedral de Managua, lo que provocó un incendio que calcinó la imagen de la Sangre de Cristo., donde el Cardenal Leopoldo Brenes, lo catalogo como un acto de terrorismo.
El ataque a la Catedral de este viernes es una más de las agresiones que ha sufrido recientemente la Iglesia católica del país. El pasado miércoles, la capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de Nindirí, Masaya, fue profanada por personas sin identificar. Los delincuentes robaron la custodia y el copón, quebraron imágenes, ultrajaron el sagrario, pisotearon las hostias, quebraron bancas, ocasionaron daños a muebles, puertas y tubería, denunció la parroquia.
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Ante estos hechos que la Iglesia Católica y los nicaragüenses están atravesando Monseñor Rolando Álvarez instó a que “hemos de depositar este dolor, este golpe bárbaro, lleno de barbarie, lleno de crueldad contra la historia de la patria, contra la cultura nuestra y contra nuestra propia identidad” remarcó el obispo.
Además agrego “ha querido ser un golpe mortal para la identidad misma, para la nicaragueidad nuestra” denuncia el religioso.
Todo ello para el prelado la manera de encontrar consuelo ante este sufrimiento del pueblo nicaragüense solo será en el corazón de Cristo.
Nicaragua actualmente vive un futuro incierto tanto políticamente y de salud, donde algunos nicaragüenses están perdiendo la esperanza de un cambio, a lo cual el obispo llama a mantener firme la esperanza ya que a través de la esperanza se “abre nuevos horizontes , hace capaz de soñar aquello que ni siquiera es imaginable, la esperanza de entrar un futuro incierto para caminar en la luz, » expresa monseñor
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El obispo finalizó recordando a lo nicaragüenses a construir un ,» nuevo país, donde reine la paz, la justicia, la libertad, donde podamos trabajar con serenidad para ganarnos el pan de cada día con honestidad y dignidad, donde se pueda caminar por las calles sin miedo que se le atropelle, donde se le pueda rendir el culto a Dios en los templos sin miedo que se les incendie, donde se pueda labrar la tierra, vender el producto sin miedo que se le persiga”