A 17 días que Daniel Ortega se juramentó como presidente de Nicaragua en medio de un extenso rechazo de la comunidad internacional a las elecciones en las que resultó reelegido el pasado noviembre, en el norte del país específicamente en departamento de Matagalpa la ciudanía vive bajo la incertidumbre en el ámbito político y económico, donde los opositores son perseguidos y la inversión extranjera se ha reducido hasta un 80 por ciento por falta de confianza en el sistema de gobernabilidad.
Este país se encuentra sumergida en una profunda crisis política desde hace cuatro años, a pesar del actuar de la comunidad internacional hay quienes no ven un cambio, es por ello que en el departamento de Matagalpa centenares de personas están decidiendo emigrar hacia Estados Unidos, tanto por razones políticas y económicas.
Por otra parte, la carestía de la vida es un fenómeno que esta afectando de manera directa a las familias más pobres los cuales son parte del sector informal, pero el gobierno hace caso omiso a la realidad que viven los matagalpinos.
Ante ello el Movimiento Comunal Nicaragüense demanda a la empresa privada asumir su responsabilidad de principio estrategia social y empresarial y al gobierno de Nicaragua el cumplimiento de la defensa de los consumidores.
“Nosotros rechazamos enérgicamente la actual ola alcista de los productos de la canasta básica de las familias nicaragüenses, consideramos que no hay una escasez de producto, lo que hay es un aumento del costo y de los precios, principalmente del arroz, de los frijoles, el queso y gas licuado”
Por otra parte, a un en medio de la especulación se espera que haya algún “giro de a esta crisis política, como una negociación entre la oposición y el oficialismo.
Sin embargo, todo indica que la evolución del gobierno será entre un endurecimiento de la represión selectiva o una falsa democracia, o una combinación entre las dos, explicó Óscar René Vargas, sociólogo y fundador del oficialista Frente Sandinista
Ante este panorama, el sociólogo Vargas advierte que “nadie sabe bien cuál será el próximo movimiento de Ortega” y argumenta que “parte de su poder es la capacidad de mantener ocultas sus próximas jugadas, de despistar a propios y extraños, de engañar al gran capital y a los poderes fácticos”.
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Ante este panorama oscuro es importante cuestionarse qué alternativas existen para construir un proyecto de nación democrática, inclusiva, sustentable, justa y equitativa en Nicaragua. Sin duda podrán existir muchas respuestas desde las distintas experiencias y miradas sobre estos diversos escenarios sociales y es necesario reconocer que los movimientos sociales “desde abajo” feministas, ambientalistas, campesinos, indígenas, entre otros), junto con académicos e investigadores que se han atrevido a desafiar al régimen autoritario de ORMU (Ortega y Murillo) son quienes han mantenido viva la esperanza de una nueva configuración social. Las alternativas se siguen construyendo en un proceso continuo para seguir denunciando y desnaturalizando la represión, la exclusión, la violación a los derechos humanos, como parte del camino para convertir en realidad lo que quizás hoy veamos como una utopía.
Redacción: Carlos Andrés Montenegro Martínez