El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez durante su homilía en la iglesia de Santa Agatha en Miami exhorto a cuidarse del veneno del egoísmo, la indiferencia y la ambición ya que entorpecen el corazón del ser humano para gozar de la felicidad en el entorno social de la vida.
“Hace mucho daño el veneno del egoísmo, pues nos deja a merced de nuestros instintos y nos lleva a considerar a los demás como cosas para manipular o rivales a quienes vencer”, afirma monseñor Báez
Es por ello que se debe razonar para no volverse espectadores del sufrimiento de los demás.
“Es terrible el veneno de la indiferencia, pues nos seca el corazón, nos hace acostumbrarnos al mal y a la injusticia y nos vuelve fríos espectadores del sufrimiento de nuestros hermanos” considera Báez
Para el religioso la ambición impulsa a acumular riquezas y tener poder a toda costa, “incluso al precio de arrebatarles la dignidad y la libertad a los demás. Todos estos son venenos terribles frente a los cuales no hay antídoto humano que nos pueda sanar”.
Para contrarrestar este mal el antídoto es el amor ya que “Quien ama de verdad no se contenta solo con palabras, sino que sale de sí mismo y se da por entero por el bien de quien ama”, subraya el religioso.
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Sin embargo, el prelado considera que el amor es una decisión haciendo referencia al evangelio de San Juan (3,18)
“Le toca a cada uno aceptar o rechazar su amor. La decisión fundamental en la vida es creer o no creer en el amor, confiar o no confiar en el amor: “El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree ya está juzgado”
Además, agrego “que la tragedia del mundo y de vida de cualquier ser humano es llegarnos a sentir cómodos en la oscuridad y acostumbrarnos a los calambres dolorosos que nos produce el veneno del pecado. Lo peor que nos puede ocurrir es ver como normal la mentira, la injusticia y la violencia”.
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El obispo finalizo su homilía recordando que “Quien elige el mal y se ampara en la mentira, elige las tinieblas y llega a perderse irremediablemente.
Sin embargo “Quien elige la verdad y el bien, se abre a la luz y vive iluminado por la luz” afirma el religioso.