Monseñor Rolando Álvarez Lagos, Obispo de la diócesis de Matagalpa manifestó en su homilía de este domingo que el sufrimiento que padece el pueblo lo sufre la Iglesia.
El obispo de Matagalpa manifestó que “La Iglesia no tiene otro camino que seguir más que el camino de la Cruz, “La Iglesia no tiene otro camino que seguir más que el de su fundador, que el de su cabeza, el lugar de la Iglesia no es el del mundo, el del confort, el de las comodidades, el lugar de la Iglesia es el del Golgota, el del Calvario, el de los azotes, el de la condena injusta, el de Anás y Caifás, que uno y el otro no quieren cargar con la muerte del justo. El camino de la Iglesia es el de Herodes y Pilato, que cobardemente no quieren cargar con la condena del justo. El camino de la Iglesia es el de aquel grupo que manipulado por las autoridades sociales, económicas y políticas de aquel tiempo piden la liberación de Barrabás y la condenación de Jesucristo”.
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El religioso también explicó que por eso los pobres, excluidos, marginados, olvidados de siempre, vulnerables, los que no han tenido posibilidad de alzar su voz, los jóvenes que han visto truncados sus sueños, las mujeres maltratadas, los campesinos en el silencio de la montaña, los pobres que son vistos como los descartables pueden estar seguros que esta es la Iglesia de todos no sólo de las periferias geográficas sino de las periferias existenciales, la Iglesia de los rostros sufrientes, dolientes, la Iglesia de los niños no nacidos a quienes se les quitó el derecho humano de vivir, seguirá siendo la Iglesia que fundó Jesucristo porque de él recibió la gracia para llegar también a la Cruz, al calvario, porque la Iglesia es pueblo y lo que el pueblo de Dios sufre lo sufre la Iglesia, lo que el pueblo de Dios espera lo espera la Iglesia, porque la Iglesia es pueblo de Dios.
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El prelado concluyó su homilía subrayando que “la Iglesia igual que su Señor sabe que el camino de la Cruz concluirá en el camino de la resurrección y de la vida, sabiendo que el fin último de este camino es la vida abundante, la vida eterna, la gloria de Dios. Por eso la Iglesia siempre grita como Pedro: ‘Señor sálvanos’, como la Cananea: ‘Señor ten compasión de nosotros’… Y así como concluye el texto de este domingo igualmente la Iglesia será conducida a la gloria del Padre y como dice el Apocalipsis refiriéndose a los apóstoles ellos se sentarán junto al trono de Dios para juzgar en el amor y la misericordia, porque de esta Iglesia sólo perdón, amor y misericordia se puede recibir, y por una razón porque es la Iglesia de Cristo, el amante amoroso que no ha venido a condenar al mundo sino a salvarle y darle vida eterna”.
Redacción: Carlos Andrès Montenegro Martínez