El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, que en la actualidad reside en Estados Unidos, Monseñor Silvio Báez ha instado a la feligresía a no tener miedo, a descubrir los puntos débiles de la vida por donde puede llegar a ser tentados y llegar a caer y “despojarnos de las mentiras que empañan nuestra vida”
Con el inicio del primer domingo de cuaresma el prelado retomo el evangelio de San Marcos haciendo alusión al proceso que atravesó en el desierto Jesús para el inicio de su vida pública, el cual es una etapa de sobrepasar dificultades, temores y tentaciones.
“Jesús no solo experimentó el desierto al inicio de su ministerio. Toda la vida de Jesús, guiada por el Espíritu, fue un desierto en el cual él tuvo que superar dificultades, temores y tentaciones. El desierto entra en los planes de Dios y se vuelve una experiencia necesaria para crecer humanamente, fortalecer la propia libertad y acoger a Dios precisamente allí donde parece ausente”, señalo el obispo.
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Además Báez ha recordado que el desierto es un espacio donde “La tentación es una experiencia humana inevitable que nos coloca cara a cara con nuestra libertad y que todos hemos vivido alguna vez. La tentación es ese momento en que misteriosamente nos sentimos solos, atraídos por el mal que nos amenaza siempre y que puede arruinar nuestra vida y alejarnos de Dios.”
Además agregó “La tentación es ese dramático momento en que escuchamos una voz distinta a la de Dios, que nos seduce y nos arrastra al mal alejándonos de Dios”
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Es por ello que el religioso aconsejo a la feligresía a buscar momentos de silencio “para vernos por dentro, para rezar y para escuchar la palabra de Dios. Detengámonos y preguntémonos hacia dónde estamos yendo, si estamos viviendo como deberíamos y si estamos haciendo lo que Dios quiere que hagamos. No temamos descubrir los puntos débiles de nuestra vida, por donde podemos ser tentados y llegar a caer. Despojémonos de tantas cosas, deseos y relaciones, que no solo son dañinas sino inútiles”.